Extra: premio y castigo.
Este capítulo es exclusivamente la narración de un encuentro sexual, si les molesta, incomoda o es irrelevante, no afecta el desarrollo de la historia así que pueden saltarlo sin problema.
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La noche de la fiesta para Jungkook, los Park se habían marchado con Tiza a su cargo, y el resto de los invitados también lo hizo, el alfa y el omega se quedaron a solas y estaban a punto de dormir.
—Tú me debes algo —el ceño del omega se frunce ante el desconocimiento, ambos sentados en la cama, Jimin a horcajadas sobre sus piernas.
—¿Qué cosa? —ladea el rostro y hace un puchero tan tierno que el alfa se siente derretir pero encamina sus manos a la cintura del menor con lentitud, metiéndose en la camiseta y acariciando la blanca piel, se siente tan bien ver a Jimin con su ropa, olerse en él y saber que se pertenecen, su parte posesiva se regocija y su lobo salta emocionado en su interior.
—Nuestro festejo privado, bebé —besa su puchero justo antes de que este desapareciera por la sonrisa ladina.
—Oh —alarga la expresión con tono coqueto para luego enterrar su nariz en el cuello del más alto—. Creo que tendré que saldar mi deuda —su lengua se desliza por la piel del mayor haciendo que se erice y el ojiverde apriete sus manos sobre la cadera del omega.
—¿Ya no estás cansado? —cuestiona con la voz nerviosa y entrecortada, escucha una risa nasal del menor.
—Era mentira, lobito —succiona su piel en pequeñas porciones—. Hyungwon iba a llamar en cualquier momento para sacarte del departamento.
—¿Mi precioso ángel me mintió? —cuestiona con burla llevando sus manos al rostro del omega para separarlo y verlo a la cara—. Eso no debería suceder —la sonrisa enorme del omega lo hizo sentir vibrante y satisfecho.
—¿Vas a castigarme, alfa? —cuestiona con risa en la voz, Jungkook se acercó para devorarle la boca con ansiedad, el sonido del chasqueo que hicieron al separarse fue delicioso y el mordisco que el alfa dio al labio inferior del castaño lo fue aún más.
—No veo otra forma de que entiendas que eso estuvo mal, precioso —se levanta y lanza al omega con cuidado a la cama—. Voy a darte una reprimenda y después me darás mi premio, ¿qué dices?
—No me queda de otra —se encoje de hombros con inocencia, sus ojos clavados en los del alfa que gateaba en su dirección para colocarse entre sus piernas y besarle nuevamente, hambriento y deseoso de más—. Aunque mañana debemos salir muy temprano a lo de Jongsuk.
—Eso no importa, la noche es muy larga —desliza sus besos al cuello del chico—. Ahora guarda silencio para recibir tu castigo —mordió la piel sin atravesarla solo dejando resentida la cicatriz previa.
—¡Ahh! —gimió pero el alfa lo silenció con un beso profundo, adentró su lengua a la boca del menor y amortiguaba cada sonido que quería liberar.
—Dije que guardes silencio, bebé —el omega sonrió por sus palabras, un cosquilleo se formó en su estómago y apretó los labios mientras asentía en señal de comprensión—. No puedes mentirme, cielo —con su mano tentó la pequeña cintura del chico hasta comenzar a levantar la playera que portaba, las manos de Jimin viajaron a la cintura de su pantalón para retirar la prenda pero el alfa lo quitó sutilmente—. Alto —los ojos azules le miraron brillosos—, no puedes tocar, ese es tu castigo. Solo dejarás tus manos aquí hasta que yo te lo diga —su boca fue hacia el estómago del menor y comenzó a besarle con lentitud, arrastrando sus dientes con cuidado y dejando húmeda la piel.
Retiró por completo la camiseta del castaño y sonrió al ver que el chico tenía los ojos cerrados con fuerza, las manos apretadas en puños contra la sábana, la respiración del más pequeño era irregular y Jungkook disfrutaba ser él quien lo tenía en ese estado, subió sus labios hasta llegar a los pectorales del omega, deslizó su lengua por uno de ellos y gozó realmente del grito contenido por Jimin, su espalda curvada y los ojos más apretados.
—Que bueno y obediente eres, amor —succionó un poco del botón y con una mano presionó el estómago del ojiazul para evitar que curvara su columna—. Te quiero quieto —susurra cerca de su piel, el aire que salía de su boca se encontraba con la piel blanca—. Muy quieto para mi y solo para mi —sus dientes entraron al juego pellizcando ligeramente el pezón.
—¡Oh Dios, Kook! —el omega no retuvo su voz porque la excitación era demasiada para concentrarse en ello, Jungkook se separó de él para verle a la cara y poner sus rostros al mismo nivel.
—No dije que podías hablar, cachorrito — lo sujetó por la mandíbula con una mano y unió sus labios tiernamente, dando una lamida a los contrarios para pedirle acceso, su lengua se adentra en cuanto la boca ajena fue abierta, yendo profundo y sin pudor, chocando con la de Jimin y bailando descoordinados y necesitados—. Tienes que obedecer —dice para luego aprisionar el labio inferior del ojiazul entre sus dientes—. ¿Vas a ser un buen omega para mi? —el menor asintió efusivo a sus palabras.
—Solo para ti, alfa —Jungkook alza una ceja hacia él y el castaño abre los ojos como platos e inmediatamente cubre su boca con ambas manitas, el alfa sonrió por lo tierno que resultó el gesto.
—Te perdonaré ésta vez solo porque me recordaste que soy tu alfa —besa su mandíbula y baja lentamente hacia su cuello, donde la marca aparece orgullosa y destellante—, y que eres bueno únicamente para mi —lame la cicatriz y el menor tiembla bajo sus manos, el rizado presiona sus dientes para marcarlos ahí, pero no traspasa la piel—. Mío y solo mío —Jimin asiente de nuevo con emoción ante las palabras y caricias.
La rodilla del mayor subió hasta quedar cerca de la entrepierna del omega, comenzó a moverse para darle caricias que le arrebataron suspiros, los gemidos contenidos se escuchaban por cada parte del lugar mientras los chasquidos de labios les acompañaban, Jungkook y Jimin compartían un beso lleno de lujuria y pasión, como si no lo hubiesen hecho con anterioridad, cada toque se sentía nuevo y desconocido, todo era tan excitante como la primera vez. El omega comenzó a mover su cadera buscando más contacto en su erección así que el alfa lo sostuvo con una mano por la cadera y retiró su rodilla, las dos manos del omega viajaron hacia su entrepierna para auto complacerse.
—Tienes demasiada prisa, ángel —retiró las manos del menor y las sujetó con algo de fuerza sobre su cabeza, recordándose ser suave para no lastimar a su niño—. Parece que se te olvida que es un castigo —su mano libre se adentra en la ropa interior del omega para tomar su erección con firmeza y comenzar a bombear—. Tienes que sufrir un poco —con su pulgar acarició la cabeza del pene y sonrió cuando Jimin apretó los labios conteniendo un gemido, bombeó un par de veces más y retiró su mano con rapidez.
—Alf... —Jimin se calló, iba a quejarse por la falta de contacto, la necesitaba tan mal pero Jungkook le había dicho que hiciera silencio así que como un buen omega obedecerá a su alfa.
—Ya estás aprendiendo —unió sus labios cortamente—, eres un muy buen omega —soltó sus manos y bajó los bóxer del chico con un estirón, estaban empapados de lubricante, la vainilla y el café lo embriagaron de lujuria, sus fosas nasales recibieron cada pequeña partícula de la fragancia y un gruñido posesivo salió de sí cuando su boca se hizo agua por probar esa deliciosa sustancia—. ¿Puedo? —cuestiona acercando su nariz a los muslos gorditos y bañados de lubricante—. Dímelo, ¿puedo probarte, amor?
—S-Si —se apresura a responder mientras tiraba la cabeza hacia atrás al sentir la lengua de Jungkook deslizarse por su muslo interior, sintió sus dientes entrar un poco en la piel pero el dolor era tan placentero, su alfa estaba disfrutando de su esencia y eso lo vuelve loco.
—Gírate —ordena con voz gruesa que hizo al omega soltar un gemido que silenció inmediatamente con la almohada, Jungkook ahora veía sus mejillas redondas y respingadas, elevó su cadera para que el trasero quedara en el aire y estuviera recargado en sus rodillas, deslizó su dedo índice por la franja y recogió un poco del lubricante para llevarlo a su boca.
Un gemido ronco hizo temblar las paredes de la habitación al igual que las piernas del ojiazul, el alfa sujetó con ambas manos su cadera para mantenerlo estable y firme, por fin pudo enterrar su rostro entre ambas mejillas, deleitándose con el olor y el exquisito sabor, su lengua recorrió lentamente la superficie, retirando cada gota de vainilla mientras Jimin buscaba algo a lo que aferrarse, tenía las manos estiradas buscando sostenerse de las sábanas, el placer era demasiado como para contener los gemidos. La lengua del alfa penetró un poco en la entrada del menor, de la cual desbordó otra ola de lubricante que él recolectó completa.
—¡Oh sí! —exclamó el omega con un grito agudo—. De nuevo, por favor —derrumbándose en la cama al no poder mantener sus piernas estables.
—Tú no entiendes —el alfa se separa de él para acomodarlo nuevamente en la posición anterior—. Dije silencio, solo puedes hablar cuando yo te lo diga —su tono era ronco y sus ojos brillaban de deseo al ver a Jimin.
—¡Alfa! —alargó la última letra.
—¿Quieres que te azote? ¿Por eso lo haces? —amasa la piel de uno de sus glúteos—. Eso es tan caliente... pero no voy a hacerlo —en el celo que pasaron juntos el omega descubrió que el tono autoritario de Jungkook a veces le parece demasiado excitante, además le pidió azotes porque eso calentaba aún más el ambiente, sin embargo aunque el alfa disfruta mucho de ese "juego" no le agrada la piel rojiza de su omega a causa de un golpe, no puede tocar a su omega de esa forma ni aunque sea realmente excitante.
—Entonces no aprenderé la lección, alfa —su tono fue bajo y seductor, Jungkook se sintió al borde y levantó su palma abierta para pegar de lleno en la mejilla trasera del chico, el sonido fue algo afrodisíaco para ambos—. Mmm más —pidió con súplica.
—No —sentenció firme, con voz ronca para inclinarse de nuevo y besar tiernamente la piel rojiza marcada por sus dedos—. Perdón —murmuró y besó repetidamente por toda la marca—. Perdón, perdón —a su nariz llegó el olor de la vainilla que seguía desprendiéndose del agujero de Jimin.
Sus ojos brillaron en negro y perdió más tiempo antes de enterrar de nuevo su lengua en el aro muscular, absorbiendo todo, lamía repetidas veces y después se adentraba un poco a la cavidad, maravillándose absolutamente por el sabor y las sensaciones que Jimin le provocaba, se sentía obsceno por sus ruidos y gemidos contenidos pero eso solo aumentaba su deseo.
—Tan bueno y delicioso —murmuró alejándose un poco para alinear su erección, aún cubierta por el pantalón de pijama, con la entrada del omega y fraccionarse ansioso contra él, su mano viajó hasta la entrepierna del chico para tomarla y comenzar a masturbarlo, ambos estaban envueltos en un ambiente increíble de pasión—. Voy a hacerlo con mis dedos —avisa para que uno de sus dedos entre en el chico, empezó a meterlo y sacarlo varias veces antes de meter uno más—. ¿Quieres correrte, bebé? —el omega asintió efusivo, su clímax se estaba formando, Jungkook sentía al pequeño temblar bajo su cuerpo así que presionó un poco sobre la base de su pene y de pronto esa sensación conocida se detuvo, el omega seguía sintiendo deseo y pasión pero el hormigueo en su vientre no estaba.
—Qu... —trató de hablar pero el alfa tomó sus caderas con fuerza para callarlo.
—No hables hasta que yo lo pida —gruñe—. No vas a correrte aún, no hasta que yo lo diga —y Jimin no podía sentirse más excitado, la autoridad en su voz, el gruñido y los toques que el alfa le regalaba eran absolutamente placenteros, ama a Jungkook porque lo trata y lo cuida como si fuera lo más valioso del planeta, pero otras veces su naturaleza sumisa quiere ser dominada y el alfa cumple sus caprichos siendo rudo aunque sus toques no son realmente bruscos o sus gruñidos no muestran molestia verdadera—. Voy a llenarte tan bien —bajó sus pantalones y la ropa interior con apuro, su erección dolía al no sentir al omega apretándolo—. ¿Quieres eso, ángel? Tienes mi permiso, dime que lo quieres —sus ojos brillaban al ver su entrada tan lista y rosada para él, sintiéndose absolutamente posesivo y maravillado por Jimin.
—Lo quiero alfa —inclinó su trasero aún más—. P-Por favor —suplica con urgencia.
—¿Vas a mentirme de nuevo? —su pene delinea la entrada sin penetrar en lo más mínimo—. ¿O vas a ser un buen omega para mi?
—Voy a ser bueno, alfa —sus manos apretaron las sábanas con más fuerza entre sus puños y ahogó un gemido desesperado en la almohada, necesitaba correrse—. Tómame ahora, hazme tuyo de nuevo.
—Estás muy apresurado —desliza suaves besos formando un camino sobre su columna vertebral—. Tan necesitado de mi.
—¡A-Ahh si! —gimió cuando sintió la longitud del alfa contra su trasero—. Te necesito siempre —su cabeza se movía en erráticos asentimientos—, voy a ser un buen omega, lo prometo.
—Ese es mi bebé —alineó su falo con la entrada del menor y entró lentamente—, tan bueno para mi.
—Solo tuyo —sintió el peso de Jungkook caer sobre él a la par que los movimientos comenzaban despacio, entrando y saliendo, se sentía lleno y vacío en cortos lapsos de tiempo y la satisfacción era desbordante, podía escuchar los sonidos húmedos de la piel chocando—. ¡Ah si, sigue! —gemía alto y agudo ahora que lo tenía permitido, los movimientos comenzaron a hacerse más rápidos a cada estocada hasta que Jungkook tocó su próstata, Jimin estaba enloquecido—. ¡Más, más! ¡Si, mierda! —el brazo de Jungkook lo rodeó por el cuello obligándolo a ladear el rostro y encontrarse con el rizado en un beso tan pasional y descuidado, sus lenguas chocándose sin coordinación alguna pero ambos estaban demasiado envueltos en su deseo para notarlo.
El alfa levantó un poco sus cuerpos para guiar su mano y la de Jimin hacia el estómago del ojiazul, los dedos de ambos pudieron tocar un pequeño bulto localizado sobre el ombligo —Estoy aquí, tan profundo —el omega gimió ante la declaración—. Me tomas tan bien, amor —aceleró aún más los movimientos hasta que Jimin temblaba de nueva cuenta—. Córrete para mi, bebé, tienes mi permiso —esta vez no interrumpió nada y el menor se derramó sobre las sábanas; unas estocadas más y el líquido blanquecino del alfa estaba llenando el interior del omega acompañado por un gemido, el nudo comenzó a crecer y Jungkook se ladeó en la cama para no aplastar al chico.
Jimin era la cuchara pequeña dentro del abrazo, trataba de salir de la nube de placer en la que estaba sumergido mientras sus respiraciones se ralentizaban, el alfa acariciaba instintivamente su pancita y liberaba su aroma para bañarlo en él aunque honestamente sabía que no lo necesitaba, su omega olía por completo a tabaco y tierra húmeda.
—Probablemente vuelva a portarme mal en el futuro —habla el omega luego de un rato donde solo respiraban y se acompañaban mutuamente para liberarse, un deje de burla estaba presente en su voz—. Fue el mejor castigo de mi vida aunque era muy difícil no tocarte.
—Y fue el mejor regalo de graduación para mi —Jimin siente la respiración del mayor pegar contra su cuello con cada palabra y suspira al sentirse vacío una vez que el alfa salió de él.
—Estás terriblemente equivocado, alfita bonito —Jimin se gira en el abrazo y acaricia el pecho del ojiverde—. Mi premio debe ser especial, voy a hacer lo que tú quieras —deja un beso tierno en el pecho del otro.
—Entonces será otro día porque debes dormir —sonríe hacia su chico y acaricia su espalda con lentitud.
—Pero yo no quiero dormir —hace un lindo puchero y se levanta para sentarse sobre el estómago del mayor y mirarlo con ojitos suplicantes—. Déjame premiarte, alfa —tono seductor y coqueto, Jungkook se volvería jodidamente loco algún día, tener a Jimin en su vida le ha enseñado tanto en tan poco tiempo, le ha enseñado a ser alfa, le ha enseñado a equilibrar su deseo carnal y necesidad de proteger, sabe que sin el omega eso tal vez lo habría matado porque terminaría por volver a los supresores, odiaba su naturaleza por esas cosas y ahora se siente tan orgulloso de controlarlo a gusto propio y poder deleitarse con las actitudes cariñosas y atrevidas de su precioso tesoro.
—Nunca podría resistirme a ti, cielo —niega y alarga su brazo para traerlo por la nuca en un beso pasional—. ¿Cuál va a ser tu regalo para mí? —pregunta para luego tomar el labio inferior del pequeño entre los suyos.
—Lo que tú quieras, dime y voy a concederte lo que me pidas —las imágenes más pecaminosas pasaron por su mente, una tras otra, las ideas rondaban rápidas por su cabeza pero ninguna sonaba tan deliciosa como la más importante, una que tenía en mente desde hace tiempo pero no se atrevía a decir porque bueno, no se cree lo suficientemente valiente para admitirlo—. ¡Dímelo, amor! —exige dejando varios besitos por sus mejillas y frente, el alfa sigue sonrojándose cada vez que Jimin se muestra tan mimoso, le es imposible no reprender a su alfa, ¿cómo es posible tener pensamientos tan sucios sobre alguien tan tierno y angelical? Pero de nueva cuenta recuerda la actitud dominante y osada del menor, no puede sentirse menos que dichoso por tener a ese omega como suyo y disfrutar de ambas facetas.
—Es muy vergonzoso para mi pedírtelo —sus mejillas se tiñen de carmín y el omega sonríe con sus ojitos escondiéndose entre los pliegues que se forman en los costados cuando su sonrisa es enorme y sincera.
—Eso solo aumenta mi curiosidad, lobito.
—Yo... N-No quiero que creas que soy un raro o un enfermo que se encendía cada vez que te veía pero... —desvía su mirada por que Jimin le está viendo directamente con esa sonrisa ladina que lo vuelve loco y no podrá soportar ver su cara cuando le confiese su deseo—. ¿Podrías ponerte tu uniforme de enfermero? —la sonrisa del menor se ensancha aún más.
—Entonces te gusta como me veo en él —sus manos acarician los pectorales del alfa.
—Me encanta como te ves en él —sus manos se amoldaron perfectamente a la pequeña cintura del omega, disfrutando de sus pequeños vellos asemejando el terciopelo más fino que hay—. Eres perfecto, todo en ti es perfecto, no sabes lo mucho que me resistía por tocarte cuando estaba en el hospital.
—Te gustan mucho los enfermeros, ¿eh? —cuestionó con tono juguetón deslizando sus labios al cuello del mayor.
—No me gustan los enfermeros, me gustas tú con tu uniforme —sintió la sonrisa de Jimin en su piel—. Solo tú, angelito.
—Siempre dices lo que quiero oír —su lengua pasó por las zonas recién besadas del cuello ajeno.
—Porque es lo que quiero decir, nunca te mentiría.
—Lo sé, por eso te amo —se aleja del cuerpo más grande—. Voy a cambiarme —dejó un beso en los labios del alfa y se puso de pie demasiado rápido como para que Jungkook pudiera detenerlo, se estaba arrepintiendo de su petición, Jimin había dejado la cama y eso era tan terrible que prefería no cumplir su fantasía para que su omega volviera a donde pertenece; sus brazos.
El alfa se resignó a su lejanía y prefirió buscarle una botella de agua en la cocina, encontró un par de calzoncillos nuevos y se los colocó apresurado para salir casi corriendo a la cocina, se detuvo un momento para buscar a Tiza con la mirada pero recordó de inmediato que ella no estaba ahí; sin duda está muy acostumbrado a la peluda presencia. Regresó a la habitación con el agua, se sentó en los pies de la cama, con las piernas colgando, observó el reloj que colgaba de la pared de la recámara y pudo ver que faltaba poco para las 12 de la noche, el día parecía ser más largo que ninguno otro, habían hecho muchas cosas en poco más de 14 horas pero sorpresivamente nada le interesa más que ese momento, estar con Jimin en la intimidad de su habitación.
Hace unas semanas se sentía tan enfermo y molesto consigo mismo por tener un sueño intenso con su omega pero ahora todo es tan diferente, se siente tan libre de compartir esos momentos con el ojiazul porque sabe que el deseo es recíproco, que pueden hablar tranquilamente porque confían y se aman, sabe que las cosas pueden ser suaves y tiernas o un poco más rudas entre ellos pero el amor que se refleja en sus actos siempre será el mismo.
Sus cavilaciones son interrumpidas cuando Jimin sale del baño con su uniforme blanco y pulcro, los pantalones adecuadamente holgados y la filipina con zipper delantero, sus pies están descalzos pero cubiertos por unas lindas calcetas blancas que casi puede jurar tienen un olán en la costura superior, se ve tan bonito como hace semanas cuando iba a sus prácticas y Jungkook lo encontraba para comer, él nunca lo vio más allá de su belleza, no tenía dobles intenciones con su lindo enfermero, pero con el paso de los días, cuando consumó su amor con Jimin formó esa idea en su mente y no lo había dejado tranquilo, imaginar a Jimin con el uniforme siendo follado por él era verdaderamente caliente.
—¿Me veo bonito? —cuestiona con una sonrisa sincera y los ojos brillantes en espera de un cumplido que sabe que su alfa le otorgará, sus manitas estaban en la espalda y se balanceaba en las puntas de sus pies.
—Te ves hermoso —su boca estaba medio abierta y sus ojos oscuros porque su omega estaba cumpliendo uno de sus caprichos, se sentía poderoso y dominante—. Simplemente perfecto —la sonrisa del omega se volvió más coqueta y segura.
—Me alegra, debo estar bonito para revisar los signos vitales del paciente más guapo de mi guardia —se acerca al alfa y sube una rodilla a la cama quedando a un lado de las del rizado, descolgó de su cuello un estetoscopio negro que el ojiverde no había visto, reconoció que era el que él mismo le regaló en Navidad junto con todo un juego de instrumental médico. Jimin colocó la campana en el pecho del mayor, respetando la forma correcta porque vamos, es costumbre. Llevó las olivas a sus oídos y escuchó atentamente conteniendo una sonrisa.
—Definitivamente dejé de respirar cuando te vi —los ojos verdes brillaban de adoración hacia el omega, tenía que elevar un poco la cabeza para verle pero desde cualquier ángulo se veía precioso.
—Shh —silenció y siguió con su "labor" colgándose de nuevo el instrumento y colocando la yema de su dedo índice y corazón en la muñeca del mayor, sintiendo su pulso.
—Tengo taquicardia, te lo seguro —el omega sonrió por sus palabras, la verdad es que si tenía el pulso algo acelerado.
—Eso es desafortunado —el enfermero hace una mueca burlona para subir su otra pierna y sentarse a horcajadas sobre el regazo de Jeon—. Los pacientes con taquicardia no necesitan acelerar más su ritmo cardíaco así que tendré que ahorrarme los procedimientos que quería practicar con usted —pasa el estetoscopio por encima de su cabeza y lo cuelga en el de Jungkook, atrayéndolo un poco para que sus narices se acaricien en un beso esquimal, pudo ver al alfa tragar saliva nervioso.
—¿Q-Qué procedimientos? —cuestionó tratando de que su voz no fuera ronca por la excitación.
—No lo sé —su voz era bajita porque sus rostros seguían demasiado juntos—. Aún no me dice cuál es su padecimiento o qué es lo que necesita de mí —su mano se colocó en el hombro del alfa y lo acarició con sutileza.
—Y-Yo... —su respiración era agitada y su voz no salía, ninguna idea coherente pasaba por su mente.
—Dime que necesitas y te lo daré, alfa —dejó pequeños y lentos besos por la línea de la mandíbula del otro, su nariz delineó la misma y su aliento pegaba en el cuello del alfa, el olor a tierra mojada era cada vez más intenso haciendo que los pantalones del omega se sintieran más y más húmedos.
—T-Tu boca —suelta tembloroso—, ¿puedo tener tu boca? —le importa muy poco que debía disfrazarlo con un procedimiento médico, está desesperado por sentir a Jimin, por follar a su omega y a la mierda lo demás, su fantasía fue cumplida en cuanto Jimin era quien vestía de enfermero. La sonrisa de Park era ladina y sus ojos brillaban intensamente por sentir lo nervioso que estaba el mayor, a pesar de estar cumpliendo un gusto a su alfa él no se sentía sometido, sentía al alfa temblar y veía sus mejillas rojas al pedir alguna cosa, nunca fue un omega demasiado sumiso hasta que conoció a Jungkook, con él quería siempre ser protegido y cuidado pero también tenía esos momentos donde el alfa era vulnerable y se dejaba guiar de alguna manera por el omega.
—Follarás mi boca, alfa bonito —sus manos se deslizan lentamente por su torso, deleitándose con la piel erizada y delineando los tatuajes que tanto le gustan, fue dejando un camino de besos por el centro bajo la atenta mirada de Jeon quien creía que se derretiría en cualquier momento, de pronto cuando llegó a la cinta elástica de sus calzoncillos la respiración de Jungkook se detuvo.
—Mierda —susurró cuando los deditos del omega se adentraron en el elástico para bajarlo con una lentitud impresionante, Jungkook sentía que no era necesario más para llegar al éxtasis, solo ver a Jimin tan cerca de él, en ese ángulo, podría ser suficiente para alcanzar el cielo y tocar entre las estrellas. Se levantó rápido para ayudarle y una vez que su erección estuvo libre sintió alivió porque palpitaba y dolía al estar prisionera en la ropa interior.
Jimin se puso de rodillas y Jungkook se lamentó por eso, tal vez su precioso uniforme se ensuciaría un poco pero esos pensamientos se nublaron y olvidaron cuando el dedo índice del castañito rozó la punta de la hombría de Jungkook, delicado y juguetón, el alfa tiró la cabeza hacia atrás porque era demasiado, quería sentir y ver cada movimiento de su chico pero no creía durar lo suficiente si era así, quería que este momento fuera lo más duradero posible porque se sentía especial, cada momento con Jimin se siente especial.
El ojiazul formó pequeños círculos en la cabeza del pene y pronto su mano cubrió lo más posible el falo para que ahora su pulgar fuera el que acariciara el extremo, su muñeca comenzó a moverse para brindar un masaje realmente agradable para el ojiverde, lento y delicado prestando atención a sus reacciones para provocarlo aún más
—T-Tu boca, amor —su voz era necesitada y exigente—, quiero tu boca —el aire se atascó en su pecho cuando sintió la húmeda lengua deslizarse por su superficie a lo largo de su erección—. ¡Mierda, si! —un gruñido ronco salió de su pecho cuando el omega se separó de él para verlo, con su mano siguió masajeando la longitud y Jungkook estaba increíblemente duro, sus movimientos eran lentos y sensuales con sus preciosos ojos mirando hacia arriba, su mano libre viajó hacia los testículos del otro y le brindó un masaje que el alfa no creía resistir por más tiempo—. Por fa-favor, amor —sus súplicas sirvieron porque sintió a Jimin tomarlo con la boca, sus labios apretar hasta un poco más de la mitad de su pene y era la gloria.
Sus manos se apretaron contra las sábanas y contenía su cadera para no enterrarse más profundo en la boquita de su omega, quien comenzó a subir y bajar su cabeza en movimientos lentos, friccionando su lengua para que el mayor disfrutara aun más, Jungkook podía distinguir la humedad en sus ojos sinónimo de que también lo estaba disfrutando, su mano volvió a la base de su falo para bombear la porción restante. Jungkook no se contuvo más y tomó a Jimin por los cabellos con firmeza subiendo y bajando con más rapidez, una y otra vez penetraba su boca con gusto mientras liberaba roncos gemidos por el placer que el bello ángel le estaba otorgando, sentía que estaba a punto de derramarse así que retiró al omega de pronto.
—¿Qué? ¿Hice algo mal? —cuestiona con carita triste y confundida, eso aumentó cuando el mayor lo atrajo a su regazo y los movió a ambos hasta la cabecera de la cama.
—Lo haces jodidamente bien, amor —besa sus labios, probándose en ellos y demonios, todo era excitante y fabuloso, probarse en Jimin era fabuloso, se sentía posesivo y orgulloso—. Pero quiero que me montes, ¿puedes? —sus labios seguían unidos a los de su pareja mientras sus manos acariciaban su cintura por encima de la tela del uniforme—. Por favor, bebé —la necesidad relucía en su tono de voz.
—Si puedo, y lo quiero —ataca la boca opuesta en un beso profundo y pasional, el descuido era visible pero ambos estaban ansiosos por tenerse. Jimin comenzó a desabrocharse la filipina pero el mayor lo detuvo.
—Déjame quitártelo —siempre quiso hacer esto, ejercer el privilegio de desvestir a su precioso y delicado enfermero, descubrir su pancita y bajarle los pantalones blancos, para ver la delicada piel. Comenzó con total lentitud, con Jimin sentado sobre sus piernas bajó el cierre de su prenda superior, al abrirla y deslizarla por sus hombros notó la delgada camisa interior que dejaba a la vista sus clavículas, tan besables y sobresalientes, besó cada una con amor para después acariciar la marca de apareamiento con el dorso de su dedo índice, apenas la tocaba y los movimientos eran lentos, sus pieles se erizaron y el suspiro tranquilo del omega fue tan placentero—. Levántante.
Jimin le obedeció, quedando de rodillas y dando espacio para que el alfa desabotonara su ya no tan pulcro pantalón, podría oler a kilómetros de distancia la vainilla y el café que los humedecían, el aroma era tan enriquecedor, hacía que los ojos verdes se transformaran en negros, Jungkook no se creía capaz de controlar sus instintos cada vez que lo olfateaba, bajó los pantalones solo hasta la rodilla, para después invertir las posiciones y recostar al ojiazul sobre la cama para desvestirle por completo.
Completó su acción con el pantalón y se colocó sobre Jimin para acariciar su vientre, metiendo las manos entre la tela de la camisa interior, levantándola y besando repetidas veces su pancita; su pecho siempre vibra al sentirla e imaginarla inflamada, Jimin con un cachorro suyo en su interior, tan suave y delicado esperando a su hijo.
—Eres tan hermoso —dice en un susurro que a penas es audible, El omega levanta los brazos para que el alfa le retire la prenda. Los ojos verdes recorren por completo el cuerpo pequeño de su alma gemela, puede ver los blancos boxers que usa bajo su uniforme y sus manos recorren cada costado de su cadera, sus muslos gorditos y suavecitos, aprieta un poco porque nunca se resiste a ellos, son tan deliciosamente apretables; un gruñido se atasca en su garganta al ver la marca que él mismo dejó hace un rato, cuando mordió y enterró sus dientes en la suave piel, es afrodisíaco quiere tomar a Jimin y enterrarse en él de manera profunda y descuidada pero también quiere acariciar su piel con delicadeza y darse el tiempo para disfrutar cada centímetro de su cálida piel.
Sus manos llegan a las pantorrillas del omega para deslizarse hasta sus tobillos, donde el olán se reposaba, sonríe para sí mismo por adivinar desde el principio que lo tendrían, Jimin es tan dulce y tierno en cualquier momento, siempre es la criatura más dulce ante sus ojos, a veces le aterra sentirse ajeno de sí mismo, sabe que todo de él le pertenece a Jimin, su alma, su corazón, su cuerpo y su existencia misma es total y exclusivamente para uso de Park y es extraño saber que no se pertenece así mismo pero no le desagrada, es tan feliz con Jimin que ser un extraño en su propio cuerpo es una precio bajo por pagar.
Besa el empeine de su pie para luego dejar un tierno beso sobre la planta del mismo, la textura de la tela es suave y adecuada pero no se le compara a la suavidad de la piel de su omega así que retira ambas calcetas con rapidez y corrige su postura y baja la ropa interior blanca con algo más de apuro, su erección comienza a palpitar dolorosamente y asegura que el castaño está en las mismas condiciones.
—Ahora si —besa sus labios y lo abraza por la cintura para invertir las posiciones con rapidez, quedando sentado sobre la cama con Jimin en su regazo, sus longitudes friccionándose entre sí y ocasionando un brutal placer en ambos—. Soy todo tuyo, ángel —sus narices se rozaban en un baile lento, movían sus cabezas buscando el momento indicado para atacar los labios contrarios.
—Siempre eres mío, alfa —besa cortamente su boca—. Y yo soy tuyo —sus manos se sujetaron a los hombros del rizado y se alineó con la erección de Jeon, quien trató de detenerlo—. Puedo hacerlo, estoy bien así —Jungkook negó pero el falo del omega punzaba y dolía por liberarse—. Déjame hacerlo, alfa —manoteó la mano del mayor que lo detenía por la cadera y se empujó hacia abajo para penetrarse de una sola estocada.
Los ojos de Jungkook se cerraron por el gozo, se sentía deliciosamente abrazado por las paredes de su chico, Jimin gimió por sentirse lleno y cada vez más cerca del orgasmo.
—Estás tan apretado, amor —el ojiverde no perdió tiempo y comenzó a besar humedamente el cuello de su omega—. Te amo tanto.
—Y yo a ti, ricitos —empezó con los movimientos, a subir y bajar a un ritmo lento, sus piernas se flexionaban, una de sus manos se sujetaba al hombro del alfa mientras la otra aprisionaba sus rizos para traerlo a un beso lascivo y apurado, una tras otra las estocadas fueron aumentando de velocidad hasta que el omega se detuvo abruptamente porque tocó fondo—. ¡Ahh si! —su próstata fue estimulada por un golpe y se sintió estupendo, su cuerpo temblaba pero reinició los movimientos tratando de apurarse, golpeaba una y otra vez el mismo punto, buscando su liberación.
—Malditamente bueno, omega —gruñó por el bombeo que hacía la sangre circular por su pene—. ¡Sigue, sigue! —apretaba sus caderas con fuerza a la par que Jimin estiraba sus rizos, era doloroso pero tan estimulante, quería hacerlo más rápido quería aplicar más fuerza y llegar más profundo hasta hacer a su precioso suplicar por más—. Quiero tomarte, quiero hacerlo yo —rodó en la cama dejando a Jimin con la espalda pegada al colchón, colocó una mano a cada lado de su cabeza y se recargó en las rodillas para tomar impulso—, quiero llenarte tanto y... —dejó de hablar para concentrarse en la velocidad y en los ojitos blancos de su pequeño, el omega estaba perdido por el placer, disfrutando cada uno de los empujes.
—¡Si alfa, más, más! —sus gritos eran altos y se combinaban perfectamente con el golpeteo de la cama contra la pared, los ruidos eran obscenos y eróticos, las pieles encontrándose y los olores mezclándose entre sí, el calor siendo infernal y las ventanas parecían empañarse por eso, Jungkook dirigió sus labios al cuello del ojiazul para besarle y probar su piel salada por el sudor, pero dulce, porque Jimin siempre sabe dulce, gemidos altos y rugidos de placer eran la melodía que acompañaba el momento—. Muérdeme —las palabras del omega siempre son órdenes para el alfa, sus colmillos salieron a la par que el clímax se formaba en sus respectivos estómagos, las embestidas seguían y ambos se derramaron segundos después.
—Mío —gruñó y clavó los dientes en el lugar donde una marca ya destellaba, se dejó llevar un momento por el hormigueo y el regocijo, su lobo estaba saltando emocionado por la marca reabierta y su cuerpo flotaba en el aire aferrándose a su amor—. Mío —lamió minuciosamente la herida para sanarla—. Mío —de nuevo pasó su lengua por la marca y aspiró el ahora combinado, la tierra húmeda opacaba sutilmente a la vainilla y eso hacía que su alfa se retorciera de gusto, cuando quiso besar los labios del omega, lo encontró plácidamente dormido entre sus brazos, así que se limitó a besar su frente con total amor que su cuerpo temblaba y tenía un nudo en el pecho de la emoción, se giró para quedar acostado en la cama y que Jimin quedara sobre él, amaba la privilegio que tiene, poder sostener entre sus brazos al amor de su vida, su alma gemela y su mundo entero, Jimin es todo para él y es glorioso haberlo encontrado sin siquiera buscarlo.
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